Cuando el río de fluir se agotó
la luna, en tiempo muerto, desciende
y es en sus brazos de luz ferviente
que el momento en pequeñas memorias recorto.
Porque aquel es un día especial
de entre seis que agotan cual clima incandeciente
llenando de un río insustancial
a los descoloridos peces del trabajo latente.
Un recorrido que en un pétalo se agota
que en el lazo del parpado termina.
Sin embargo basta con este día de gloria
para compensar aquellos que en la mente clavan una espina.
Es cuando fijo las perlas en el desenfreno
cuando en el libre licor desfiguro mi reflejo
marchando directamente al llegar del sereno
para mostrar el silencio y ver que no me quejo.
¡Ay! de aquel alado rayo del tiempo
donde figuran amor y locura
y ver que no cura la pintura
el olvido del deleite cierto.
Por eso es que Cronos que maneja
de manera eficiente aquel reloj de arena
nos ha dado en un planeado calendario
un día apartado y solitario.
No dejémos un minuto más
salgamos y olvidemos la suciedad
besémonos a la orilla del mar
derribemos todas las notas de la soledad.
¡Animales de la ciudad!
¡Es sábado vamos a festejar!
Olvidemos por hoy la familia, el trabajo
y tomemos para llegar a la felicidad un atajo.
Es sábado vámonos a cojer.
Es sábado vámonos a embriagar.
Es sábado, es tiempo de olvidar.
Es sábado a la vida hay que enloquecer.
jueves, 30 de abril de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario