Encallado en lo profundo del avismo
por debajo de las raudas bolas de nieve
la oscuridad abraza, profunda y tenue.
El sudor de plata
en detritus de temor.
Por ensima de mí el más mínimo rayo de luz
figura como la más ferós bestia de terror.
Me encierro y caigo en lo profundo
por miedo a aquella estrella furtiva.
Transparente como el agua
no quiero salir al lugar que me desterró
y hoy quiere que vuelva como si nada pasó.
Pero para salir de esta programación
se requiere más que amor, fe o compasión.
Se requiere de hacer atractivo el exterior
perfumar la escoria con aroma a algodón
colorear las esquinas de color beso marrón
quitar el odio con el que hoy nos vestimos.
Y así entablar una tarima de acto número dos
barrer los peldaños con estopa y alcohol.
Para al subir por ellos, creer el sueño.
Para al subir por ellos, entrar denuevo al falso juego.
Para al subir por ellos ver las fauces de Ugolina
Como las ojas en los jardines con flores.
Para arrojarme sobre ellos
y pretender que sueño cuando ya estoy muerto.
jueves, 30 de abril de 2009
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