Una columna de blanco humo
mostrando la nada, se yergue
guerrilleando contra las aguas.
Aspas que rompen del tiempo un engrane.
Suculento frío que acobija
jardín florecientemente muerto
tornado en velo de sombra
bramando mentiras de ensueño.
¡Ay! de un cuerpo gelatinoso
sobrepasando del rechazo verguenzas
sastres de un mundo lejano
nostagia del pasado. Y esperanzas.
Es aquella comida insípida
dando vueltas a una música latente
tendiendo en los ojos mutilados
dos caras que miran el cielo estrellado.
jueves, 30 de abril de 2009
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